De los temas aprobados por el Congreso del Estado es su segunda sesión de esta semana, figura que se declaró la Semana de las Niñas y Mujeres Rurales en Tamaulipas, a fin de que se desarrollen e implementen acciones para sensibilizar a la sociedad con relación a la importancia que tienen en el desarrollo del estado, además promover y fortalecer su participación en la vida social y económica.

Estas actividades se llevarán a cabo en la semana previa al Día Internacional de las Mujeres Rurales que se celebra el 15 de octubre de cada año, reconocimiento que contribuirá en su empoderamiento en la lucha contra la pobreza extrema, el hambre y la desnutrición.

Las y los promoventes de la acción legislativa en que recae este Dictamen resaltaron la importancia de impulsar la igualdad de género y revertir las situaciones de desventaja, pues la Organización de las Naciones Unidas estima que al menos el 20 por ciento de los propietarios de tierras en todo el mundo son mujeres.

“Si las mujeres tuvieran el mismo acceso que los hombres a los recursos, la producción agrícola en los países en desarrollo aumentaría entre 2.5 y 4 por ciento y el número de personas desnutridas en el mundo disminuiría aproximadamente entre un 12 y un 17 por ciento, según lo señala la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura”.

De ahí la importancia de que en Tamaulipas se fortalezcan las acciones en materia de igualdad de género, en particular en favor de las niñas y mujeres rurales, a fin de apreciar y valorar en su justa dimensión la labor de estas heroínas en la lucha contra el hambre.

Por estas razones, las y los Diputados locales consideraron favorable esta propuesta, al estar en el momento idóneo para que las campesinas eleven su calidad de vida y ser justos con su trabajo tan productivo y de buena gestión como sus homólogos masculinos, garantizándoles el mismo acceso a la tierra, créditos, materiales agrícolas, mercados o cadenas de productos cultivados de alto valor.

Con acciones de concientización como esta se da un paso más hacia el acceso equitativo a servicios públicos y se eliminan las barreras y normas sociales discriminatorias que limitan la participación y desarrollo de las mujeres rurales en la participación política y social de sus comunidades y hogares.